Dicho en boca de Marta, aquello sonaba a cruel ironía; si algo sobraba en su vida de pareja, eran palabras. Demasiadas conversaciones, demasiadas llamadas, demasiadas confidencias, demasiadas confesiones, demasiados debates finiquitados con portazos. Adrián tragó saliva y admitió cabizbajo la obviedad. - Hablemos, pues - dijo, mientras se sentaba en su sillón favorito, ya cubierto... Leer más →