Internet es un mundo infinito y, en sus rincones mas oscuros, habitan monstruos humanos capaces de las mayores aberraciones imaginables. Internet no es sino un reflejo del mundo en el que vivimos. Todo aquello que tiene cabida en nuestra sociedad, también tiene su réplica en la Red, tanto lo bueno como lo malo. Esta es una realidad innegable que entra dentro de la lógica. Sería fantástico imaginar un mundo virtual donde no tuviera cabida la maldad humana, pero Internet es democracia y democracia significa todos.
Y en todos entra también aquella gente con la que nadie le gustaría tener que convivir. Seres despreciables, sin escrúpulos, sin la menor conciencia de los valores más básicos que regulan la existencia humana ni de las normas y principios que rigen en cualquier sociedad. Sin el menor respecto a los derechos humanos mas elementales.
Desgraciadamente, algunos medios de comunicación crean la falsa impresión de que un alto porcentaje de los usuarios de la red son potenciales pederastas, piratas informáticos o estafadores. Todavía no he conseguido encontrar qué oculto motivo les impulsa a difundir esta imagen errónea – al fin y al cabo, quien mas, quien menos, todos los medios tienen ya su propia página web y la explotan comercialmente – pero no hacen sino un flaco favor a los miles de trabajadores que se ganan su salario laborando por y para Internet.
Si cada vez que un telediario incluye alguna noticia referente a la red, la acaba con la coletilla -muchas veces innecesaria – sobre la piratería o la pederastia, inevitablemente acabarán provocando una asociación de ideas falsa en aquella parte de la población que poco o nada sabe sobre Internet o en la mente de nuestros políticos – que ni saben sobre Internet ni sobre nada de lo que pasa en nuestro mundo-.
Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de gente que tenemos a nuestro alrededor es, ocasional o frecuentemente, usuaria de Internet, sería estúpido creer que esa misma mayoría usan la red con malas intenciones. ¿Acaso también somos todos atracadores de bancos o violadores, en nuestra vida real?
Evidente – y desgraciadamente – entre la totalidad de internautas existen monstruos, aunque se traten de una minoría. Dentro y fuera de la red. Y mientras exista al menos sólo uno de ellos, es nuestra obligación perseguirlo y denunciarlo. Nadie es más consciente de la existencia de estas bestias infrahumanas que los propios internautas. Precisamente por ese motivo, somos los más interesados en denunciar estos casos por el bien de nuestra imagen y por el bien de futuras generaciones.
Porque, de entre todas las abominaciones que pueden encontrarse en la red, la más peligrosa es también la más impune; la pederastia. Actualmente, nuestros hijos aprenden a moverse por Internet cada vez a menor edad y en su inocencia infantil les resultará muy difícil distinguir la existencia de las razones ocultas que mueven estas sucias mentes. La eclosión de las redes sociales no hace sino más alarmante este fenómeno, puesto que supone un caldo de cultivo, un terreno común donde la mierda está expuesta ante los niños de forma directa.
Es justo decir que algunas redes sociales han hecho y hacen un esfuerzo inmenso para detectar y denunciar la presencia de pervertidos. Precisamente aquellas que poseen un mayor porcentaje de usuarios jóvenes y que, por tanto, tienen un mayor peligro potencial de atraer a esta chusma son las que mas medidas de protección aplican.
Nadie puede sentirse totalmente a salvo en ningún sitio. Pero, mientras que redes como Tuenti o Haboo han establecido políticas de privacidad serias y se esfuerzan en validar la identidad de sus usuarios, otros casos como la red de Windows Live de Microsoft, por su permisividad de estas prácticas y su nulo nivel de privacidad y seguridad, se han convertido en un terreno proclive para estas prácticas deplorables.
Por este motivo, algunos internautas han convertido su presencia en la red en una cruzada en contra de la pederastia. Su día a día se centra en localizar a estos malditos bastardos y denunciarlos en todos los estamentos y de todos los medios posibles para evitar que sigan campando a sus anchas y conseguir así que den con sus huesos en la cárcel por mucho tiempo, donde nunca deberían de salir. Pongo en común con vosotros algunos casos que os pueden interesar:
- La labor de las cuentas de Policia Nacional y Guardia Civil, junto con la colaboración de cibernautas particulares comprometidos como Marcelino Madrigal por identificar y denunciar a los pedófilos que existen en estas redes es fundamental para atajar su proliferación.
- Desde la red Twitter se han creado movimientos, como los hashtags #Wliveasino ó #limpialared que sirven para canalizar y concentrar toda la información relativa a esta corriente.
- En Facebook, grupos como el de Exigimos la eliminación de Pornografía infantil de Windows Live aglutinan también interesantes iniciativas en contra de la pederastia y sus usuarios.
Sea como sea, existen diferentes modos de participar en esta labor conjunta. Estamos en nuestro derecho y es nuestra obligación perseguir y denunciar estas prácticas. Colabora a difundir este mensaje y ayuda a sacar de la oscuridad a los monstruos que pueblan la red para hacer de ella un lugar más limpio y saludable donde poder expresarnos y compartir sin miedos ni riesgos.
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