Cuenta la leyenda – falsa, como tantas otras leyendas – que, cuando Luis Miguel Dominguin se zumbó – con perdón – a Ava Gardner en un lujoso hotel madrileño en 1954, nada más despertar se vistió rápidamente con intención de salir a la carrera de la habitación. Cuando la diva le preguntó a dónde iba con tanta urgencia, el torero le dijo: «¿A dónde creé uzté, zeñorita? A contarzelo a to er mundo».
Hoy en día, esto sería impensable. Absurdo. Nadie en su sano juicio hubiera hecho algo así en nuestros tiempos. En realidad, actualmente Dominguín habría actuado mas o menos así:
- Primero habría abierto disimuladamente su notebook y se habría conectado al WIFI del hotel,
- Antes que nada, habría anunciado su aventura en Twitter;
- Después lo habría ampliado todo contándolo con pelos y señales en Facebook;
- Por si quedaran dudas, se habría marcado un check-in en Foursquare;
- Lo habría ilustrado todo detalladamente en Instagram y Pinterest,
- Igual hasta se habría animado a marcarse alguna escenita en Youtube,
- Se lo habría comunicado por Tuenti a los hijastros de su tercera ex-mujer re-casada en dobles nupcias,
- Habría dado su punto de vista a las primeras noticias publicadas con Menéame
- Y por último, no habría dejado de añadir este dato a su currículum en LinkedIn, por supuesto.
Las redes sociales son una realidad socialmente instaurada a nuestro alrededor. Puede que todavía haya quien ponga en duda que las redes sociales están aquí para quedarse; todo cambio implica una cierta resistencia, máxime cuando lo consideramos como una intrusión en nuestra intimidad. ¿Recuerdas cuando tu cuñado se reía de tu móvil y decía que él nunca pasaría por tener una maquinita que le obligara a estar siempre «fichado«? Recuérdaselo la próxima vez que haga check-in desde el salón de tu casa: «I’m at Cuñaooo House»…
Los mitos y los frenos están hechos para romperse en añicos.
No cabe decir que estemos hablando de una moda pasajera, ni de una tendencia generalizada. Estamos hablando de un cambio radical en la forma en la que nuestra generación y las generaciones venideras se comunican y relacionan. Para bien o para mal. Y éste es un hecho consumado. ¿Quieres pruebas?
- 8 millones de usuarios españoles de Facebook (20% de la población, 40% de los internautas)
- Más de 7 millones de usuarios de Tuenti (18% de la población, 37% de los internautas)
- Más de 2 millones de usuarios de Twitter (10% de la población internauta española, 3er país por numero de usuarios y con el mayor crecimiento mundial). No creo que haga falta que siga…
Todavía estamos a años-luz de llegar a entender a fondo cómo afectará esta nueva realidad a nuestro mundo tal y como lo conocemos. Ríos de tinta y bytes correrán antes de conocer por completo la profundidad de este cambio. Pero sí creo que podemos empezar a vislumbrar alguna de las líneas en las que nuestra sociedad se verá modificada. He aquí mi particular decálogo de estos cambios:
- ME, MYSELF AND I: Esta tarde un amigo tuitero, @xoxe compartía un post muy interesante En Social Media se impone la mentalidad YO, S.A de otra tuitera,@linaceballos (desconocida por mí … hasta hoy). Creo que éste es quizás el primer punto de una larga lista de cambios. Ni de lejos podemos decir que las redes sociales sean las culpables de que nuestra sociedad se esté volviendo más individualista – el egocentrismo es consecuencia directa del Welfare State y de los Happy 80’s, donde aprendimos a querernos a nosotros mismos hasta que la muerte nos separe -.Pero sí es verdad que el social media es un vehículo muy acertado para consolidar esta tendencia…
- MI AMIGO, EL MUNDO: La globalización, la dichosa aldea global, cobra un nuevo sentido. Todos somos amigos. La misma terminología del social media fomenta y promulga esta filosofía. Yo tengo unos followers muy serios en Nueva Zelanda que leen con interés todo lo que escribo y de vez en cuando lo retuitean. No tengo la más mínima prueba de que entiendan el castellano mejor que el esperanto, pero parecen poner mucho interés en ello. La verdad es que la Red nos conecta a todos en todas partes y en todos los sites. Y esto es algo que rompe con las formas de comunicarse anteriores al social media.
- TU, JANE. YO, TARZÁN: Y te quedas tan pancho. La bidireccionalidad en redes sociales conlleva -perdón, de nuevo – debería conllevar la unidimensionalidad en el trato. Un profesor conversa en un foro de Facebook con una vicepresidenta parlamentaria, un comercial de seguros, una community manager y un señor del que nadie sabe a qué se dedica salvo a escribir en redes sociales. Todos hablan por igual. Todos respetan la opinión el uno del otro. Nadie cree que su opinión valga más que la del otro. En redes sociales, todos valen lo mismo. La red iguala a personas que fuera de ella, quizás, ni se mirarían a los ojos.
- RETWITTEALO OTRA VEZ, SAM: Las redes sociales han supuesto una auténtica revolución en los medios de comunicación masiva. Esta revolución se llama FEEDBACK. ¿Te imaginas tapándole la boca al locutor de tu emisora favorita, contradiciendo a tu periodista preferido, felicitando al presentador de moda? Aquí puedes. Sí, es una gran novedad, pero también un riesgo muy grande; algunas grandes marcas ya lo han probado en sus carnes… ¿verdad, señores de Nestlé?
- VOCEANDO POR LA CARA: Otra de las grandes características de las redes sociales es que son gratuitas. Para ser un personaje público y estar en la red solamente necesitas tener una cuenta de correo – también gratuita -. No hay que comprar grandes cabeceras, no hay que instalar una red de antenas potencialmente cancerígenas ni fletar un satélite. Ni siquiera es obligatorio tener un hosting. Tan fácil. Tan rápido. Tan democrático. Igual demasiado en algunos países. Pues, que se jodan…
- SHARE OF YOU: Ok, tío listo. Todo eso ya existía hace una década. Se llamaba messenger. Se llama e-mail (se llamaba Lola, se llamaba Javier… grandes tíos, Radio Futura). Vale. Lo compro. Pero la comunicación siempre era interpersonal, de tú a tú. Un usuario de Facebook tiene una media de 144 amigos (datos USA). Uno de Twitter en torno a 100 (estimación). Uno de Tuenti, 88 (fuente: Tuenti). Pero si calculamos el efecto eco (amigo de tus amigos) tendríamos que hablar de un alcance en torno a 20.000 contactos. 20.000 almas alcanzadas con un golpe de click. La población de una ciudad mediana en Bélgica. No está mal para un niñato que nunca ha salido de Barakaldo…
- ALABANDO AL INUTIL: Y hete aquí; hablando de ti y sólo de ti con una señora cincuentona del estado de Alabama que es seria aspirante a ocupar plaza en el Tribunal Supremo de los USA, re-contestándole para desmontar todos sus argumentos a favor de la pena de muerte contra los periodistas del corazón, sin pagar un duro por ello, y siendo escuchados abiertamente por más de 300.000 personas en tiempo real. ¡Quien te lo iba a decir a tí, que todavía no sabes muy bien qué es una impresión, cómo se genera un breadcrumb ni para qué sirve una RSS. Y ésta es otra seña más de identidad del social media a nivel usuario. Cualquier inútil sin experiencia ni conocimientos puede estar presente en ellas. Y yo soy la mayor muestra de ello…
- LIFE IS LIVE: Cuando se produjeron los terremotos de Haití, la mayoría de las redes de comunicación cayeron y fallaron. Solo Twitter siguió funcionando. Y ayudaron a muchas personas a encontrar a sus familiares perdidos. Durante la reciente nube de ceniza volcánica de Islandia, Air France mantuvo informado a sus usuarios durante toda una semana a través de un millón de mensajes en Twitter, debido a la desinformación y confusión existente. Las redes sociales son tan inmediatas como tu propia vida. Sabes en qué momento alguien entra en su restaurante favorito. Vives en directo el despido de algun compañero. Compartes la foto de tu concierto tan esperado a los 20 segundos de captarla. Te enteras que éstan oyendo tus amigos en el mismo momento que tú. Inmediatez absoluta.
- LIBERTÉ, EGALITÉ, FRATERNITÉ: No es una regla escrita, pero en las redes sociales prima el buen rollo, el respeto, la deferencia hacia los demás. No solamente porque si no te arriesgas a que te den el hachazo de un unfollow o un bloqueo de cuenta – la peor pesadilla de los cazadores de contactos -. Es que realmente está en el ADN de esta forma de relacionarse con los demás. Puede que dos minutos después de subir un artículo sobre la belleza de los geranios en primavera le pegues un bocinazo al coche que encabeza la fila frente al semáforo que acaba de cambiar al verde hace un instante, pero en las redes sociales te conviertes en un ser idílico con la bondad innata del Maestro Yoddah.
- ANONIMATO AL AZAR: No te engañes. Tus amigos no son tus amigos. No sabes nada de su vida. Desconoces dónde nacieron, qué han estudiado, si tienen hermanos o están casados. O cansados. Sabes lo que ellos quieran que tú sepas. O lo que te quieren decir. Son/sois/somos tan anónimos como queremos. Puedes permanecer tan oculto como te apetezca incluso con alguien con el que escribes 40 veces al día y con el que compartes tantas cosas. Y en algunos casos, este anonimato se convierte en razón de ser de la propia red social, como es el caso de Chatroulette. Fuera inhibición.
En definitiva, las redes sociales no son una nueva forma de expresarse; son la actual forma de comunicarnos. Son la realidad que nos rodean. Suponen un cambio tan profundo en el campo de la comunicación como la aparición de los primeros textos escritos en Eurasia hace 6.000 años o como la invención de la imprenta por parte de Gutenberg en 1499. Y todavía estamos empezando a sentir el impacto de este terremoto.
Segunda Ley de la Termodinámica ó Principio de la Entropía: Todo sistema tiende al desorden (caos) para ordenarse en un sistema de superior complejidad (entropía), orientado en una evolución hacia el futuro.