No se tú, pero yo, es que últimamente me aburro una enormidad cada vez que me meto en redes sociales. Por eso lo hago cada vez menos. Y eso que yo era de los que antes se metía cada cinco minutos, a ver qué se contaba la gente. Pero es que, de un tiempo a... Leer más →
Otoñea en el horizonte
Que se quiebren los cielos. Que se inhiban las gaviotas. Que duerman los somormujos. Que se haga oscura la noche. Que se multipliquen las nubes y cubran el firmamento. Que se avente la mies. Que se pise la uva y que mane la sangre del tinto joven. Que el puerco se prepare para la matanza.... Leer más →
La silla vacía
Lo peor de cumplir años no son las arrugas, ni los michelines, ni las agujetas dominicales. Lo peor de cumplir años son las despedidas. Lo peor de cumplir años es pasar una tarde sombría en el hospital, sujetando la débil mano de alguien que ha formado parte de tu vida (un familiar, un amigo, un... Leer más →
Sus Satíricas Majestades, Les Luthiers
La primera vez que descubrí a Les Luthiers en una vieja televisión en blanco y negro - por aquel entonces, Internet no era más que un juguete peligroso en las iracundas manos de militares yankis - me temí lo peor; aquellos excéntricos y remilgados argentinos vestidos cual maitres de un decadente restaurante parisino de segunda... Leer más →
Es para morirse de la risa
Casi todos los años publico un relato corto unas horas antes de que la débil luz otoñal sucumba al imperioso paso de la Noche de Difuntos. Podría hacerlo en la noche de Halloween pero los que me conocéis ya sabréis que soy un clásico. Me quedo mil veces antes con El Monte de las Ánimas... Leer más →
La Hoguera de las Vacuidades
Ayer, sin ir más lejos, dejaba una reflexión en Facebook. Al respecto del conflicto de Cataluña, miraba las publicaciones en Facebook y no me sorprendía observar que, en la mayoría de los casos, se evitaba el tema del día, de la semana, del mes, del año. Algo lógico, si obviamos el minúsculo, insignificante y ridículo... Leer más →
La democracia no es daltónica, dialogar no es hablar
Mi mano derecha me pertenece. No me consta que tenga ninguna intención de tomar las de Villadiego. Ni encuentro razón lógica para que así fuera. Pero aunque lo pretendiera, mi mano se queda donde siempre ha estado; al final de mi brazo derecho. Tengo razones de peso para ello: Mi mano siempre ha pertenecido a... Leer más →
Rolando versus Ronaldo
Conocí a Rolando hace treinta años y un mes. Ya era viejo, por aquel entonces. Rolando, me refiero. Me enganché a él desde el primer día. Sabía desde el principio que iba a suceder. Era uno de los libros que me aprovisiono al comienzo del verano. El nombre prometía. La Torre Oscura. "El hombre de... Leer más →
Cada cuarenta y ocho de julio
5 de abril. Mi último post lo escribí un 5 de abril. De 2016. Desde entonces, no había escrito ni una palabra. 474 días de espacio en blanco son muchos para alguien que sufre de una irrefrenable diarrea narrativa, pese a esta prosa tan retorcida que se empeña en huir de temas de esos de... Leer más →
Dulcemente me mata
Como siempre que me pongo a escribir, me acabo de tomar un café. Con azúcar. Qué le voy a hacer, soy un temerario. A tenor de lo que se lee por ahí, me consta que me estoy jugando el pellejo alegremente. Porque según los cánones (hoy), tomar azúcar equivale a una muerte lenta y dolorosa.... Leer más →